Reproducción del canario

 

Apareamiento De Los Canarios

Al igual que con cualquier otra mascota, cuando adquirimos un canario asumimos el compromiso de brindarle el mejor cuidado posible ya que ahora pasa a ser un nuevo miembro de la familia. Como tal debemos brindarle muchos cuidados de tal forma que viva con la mayor comodidad posible y su desarrollo no se vea afectado.
Hay que considerar que los canarios son aves sociales y a partir de los 10 meses ya tienen la suficiente madurez fisiológica para aparearse. En este aspecto se recomienda esperar hasta que las condiciones climáticas sean las idóneas, es decir cuando el clima se hace más cálido y los días se hacen más largos. Esto se debe a que la luz solar juega un papel importante en el buen desarrollo de las crías. 
Si se quiere aparear una pareja de canarios, lo mejor es comprar una jaula de cría, la cual generalmente está conformada por un área divisible con dos nidos externos, uno en cada costado de la jaula, la cual también cuenta con una división en la mitad. La pareja es dividida colocándose el macho en un lado y la hembra en el otro. Esto se hace para permitirles que se reconozcan primero por unos dos o tres días. Después de ese periodo se coloca una cartulina que tapa la reja de división de la jaula. Así mismo se alimenta a ambos ejemplares con una alimentación adecuada por unos días para que sus bríos aumenten. Al finalizar ese periodo se le permite a la pareja estar junta finalmente.

Para la reproducción hay que escoger buenos canarios para que esta sea exitosa. Entre los cuidados que hay que tener está el recortar el pico en caso de las aves en caso de que haya crecido demasiado ya que de lo contrario puede resultar peligroso para los polluelos cuando son alimentados por sus padres. No es raro que la pareja pelee al principio. Esto no debe ser motivo de preocupación para el dueño, lo único que tiene que hacer es separarlos cuando observe este comportamiento. A los pocos días dejaran de pelear y finalmente se aparearan.

Organización del criadero

Primero que todo hay que referirse a la ubicación que deben tener las jaulas y el criadero para aumentar las posibilidades de éxito con los polluelos y para mantener a los canarios escogidos en el mejor estado físico posible, lo cual es vital para la reproducción.
 
El lugar para la cría idealmente debería ser una habitación destinada únicamente a este fin, sin embargo de no contarse con esta opción, se puede compartir el mismo sitio donde se están alojando las jaulas o sitios como balcones, garajes, lavaderos y otros, tomando lógicamente las debidas precauciones del caso.
Las jaulas de cría suelen tener dimensiones de 47 a 60 centímetros y cuentan con nidos, accesorios y divisiones. Los comederos y bebederos se colocan en el lado de afuera con el fin de evitar que se ensucie el agua y la comida y que los canarios ingieran alimentos contaminados que pueden ocasionarles enfermedades.
Con respecto al criadero, lo más recomendable es elegir una habitación que sea destinada especialmente para los canarios, la cual debe estar bien iluminada y contar con una adecuada ventilación. Así miso debe tener una orientación hacia el este o el sureste de tal modo que reciba los primeros rayos del sol naciente y quede resguardado a la sombra durante las tardes.
La habitación debe estar permanentemente ventilada, de tal modo que el aire entre por algún orificio del suelo y salga por arriba, cerca del techo. Hay que recordar que los cambios bruscos de temperatura provocan la muda prematura de los canarios lo cual los puede debilitar y sacar de forma.

Selección de los ejemplares para la cría

Uno de los problemas que se plantean los que se inician en la cría de canarios es el saber reconocer el sexo de las aves. Una recomendación en estos casos es confiar la compra de los ejemplares a un criador serio y responsable en el cual se confíe plenamente.
Normalmente se puede reconocer al macho porque tiene una actitud más viva y audaz que las hembras, con ojos más grandes. También hay otros detalles que se pueden buscar sobre todo en la época de celo, por ejemplo si se toma al ave y se sopla bajo la pluma del abdomen para descubrir el orificio anal, en los machos aparecerá más prominente y puntiagudo mientras que en las hembras el mismo estará más aplanado y casi al mismo nivel de las paredes abdominales. Sin embargo, cuando las aves no están en época de cría esta diferencia casi no existe por lo cual no puede ser usada por los principiantes para diferenciar ambos sexos.
Se recomienda normalmente que los machos reproductores no sean puestos en cría antes de un año ya que es hasta entonces que han alcanzado la plenitud de su madurez sexual. Esto se puede comprobar si se observa en el ave un estado de permanente vitalidad, canto frecuente, plumas apretadas, brillantes y cortas y actividad constante, volando siempre con agilidad. Además sus deposiciones deben ser consistentes. 
Cuando se le acerca una hembra, el macho maduro canta con muchas ganas, se contornea y pasa colgándose de los alambres de la jaula.
Con respecto a la hembras que no cantan (hay algunas que si lo hacen y entonan bonitos canticos), es más difícil comprobar si ya han alcanzado la madurez sexual. Lo que hacen algunos criadores es tomarlas en sus manos y soplarles la piel del vientre y si este cuenta con una tonalidad rosada y casi no presenta plumas, lo más probable es que sean hembras listas para la crianza. Hay que tener cuidado de no tratar de cruzar hembras que aún no están listas para aparearse ya que de lo contrario pasarán peleando con el macho y pondrán huevos no fértiles.
En las hembras, la madurez sexual generalmente se produce a partir de los nueve meses de vida. Las parejas que se van a cruzar deben estar formadas por canarios de buena salud y que no presenten consanguineidad ya que la cría entre individuos de la misma sangre puede llegar a debilitar la prole. Por tal motivo es importante buscar un buen asesoramiento con personas que cuenten con experiencia en la crianza. Así mismo lo mejor es comenzar con canarios de pedigrí ya que si se intenta la cría con canarios de dudosa procedencia probablemente no se obtengan los resultados deseados.
Para iniciar la cruza se puede comenzar con dos machos y cuatro hembras de un color determinado o línea. Dependiendo de las posibilidades económicas se pueden usar más, pero siempre dentro del mismo criterio. Si los ejemplares comprados son adultos, se les debe revisar las uñas a los machos y si son largas hay que cortarlas ya que pueden estorbar en el momento del acoplamiento lo que puede producir huevos no fecundados. Para cortarles las uñas se observa hasta donde llega la zona arraigada y a partir de ahí en adelante se puede cortar. Hay que tener esencial cuidado en no cortar la parte arraigada, pues se producirá una hemorragia.
Es importante que la hembra no llegue a poner más de tres nidadas al año, pues lo que adelantamos en uno, lo perdemos al siguiente. Algo parecido hay que hacer con el macho al cual no hay que cruzarlo en exceso para que no sufra de desgaste físico.
Todo el proceso debe ser hecho con suma prudencia y sentido común, ya que una cruza excesiva puede ocasionar una muda temprana y se corre el riesgo de debilitar a nuestro ejemplar, lo que vendría a producir resultados contraproducentes.
Una forma de comprobar si una pareja se lleva bien es observándolos cuando están ubicados en una jaula con la división colocada. Si estos se dan de comer entre los alambres y no muestran amagos de pelea al poco tiempo podrán ser juntados y solo habrá que esperar a que se apareen y pongan su primera nidada.

La preparación para la cría

Si una persona está decidida a criar canarios, lo primero que debe hacer es dirigirse a la entidad de canaricultura más cercana al área donde vive para unirse y averiguar los datos de los criadores con más experiencia en la actividad que sean al mismo tiempo responsables y de buen criterio de tal modo que obtenga la mejor asesoría posible.
Una vez que tenga los ejemplares que desea cruzar a su disposición y los coloque en el lugar elegido, mejores serán los resultados. No solo hay que saber elegir buenos ejemplares para la cría, también hay que estar bien preparados para que esta sea lo más exitosa posible. Para esto hay que elegir la ubicación ideal de la jaula, cuidar la higiene de la misma, la ventilación del lugar, la alimentación de los canarios y cuidar de cómo se adaptan estos a su nuevo hogar.
Cuando adquiera los ejemplares, la persona debe averiguar los cuidados bajo los cuales los tenía su dueño de tal modo que se los mantenga bajo el mismo régimen al que están acostumbrados. Para mantenerlos en buen estado de tal modo que estén aptos para la cría, debe dárseles avena pelada, colza, nabina y granos de alpiste. La mejor mezcla de estos granos es la siguiente: 7 partes de alpiste, una de colza, una de nabina y una de avena.
De esta manera el canario contará con la alimentación balanceada que le permita tener un desarrollo adecuado. Así mismo la alimentación se puede complementar con vegetales como la lechuga así como con comida denominada blanda, que se hace a base de un compuesto de bizcocho que se puede adquirir en cualquier tienda especializada en el cuidado de aves.
Lógicamente el elemento más importante en la cría del canario es la hembra, por lo cual debemos darle especial atención en su cuidado. Si se observan parásitos como piojos en las jaulas, los palos y las perchas es signo de que hemos sido descuidados con el ave y significará también que sin importar el cuidado que le hayamos dado en el día, el canario estará en mal estado debido al poco descanso y a la perdida de sangre ocasionados por estos molestos parásitos. Es conveniente eliminar a los piojos con un producto diseñado para este fin lo antes posible, ya que entre más tardemos en hacer esto mayores serán los gastos posteriormente.
A los canarios les gusta bañarse y por eso debemos proveerles de agua limpia constantemente para su aseo y para su consumo. Con estos cuidados básicos tendremos una pareja de canarios en buenas condiciones de salud y apta para la cría para lo cual lo cual lo mejor es esperar hasta el periodo indicado.

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