La otitis canina es un padecimiento muy común en los perros que ocasiona intenso dolor en uno o ambos oídos. Este malestar hace que permanezcan con la cabeza baja, que traten de rascarse y que incluso se lastimen las aéreas cercanas al oído. Además, el perro puede sentir intenso dolor si tocamos si tocamos el área de las orejas, a tal punto que lloren e incluso nos traten de morder. En ocasiones el oído produce una gran cantidad de pus o cera con un fuerte mal olor. A veces el dueño confunde este olor con el que produce el cuerpo del animal por lo cual no identifica el problema.
Si quiere verificar si su perro está sufriendo de otitis use un pequeño hisopo de algodón y lo introduce con suavidad en uno de los oídos de su mascota, luego retírelo y lo acerca a su nariz. Si el hisopo tiene un olor a rancio, es probable que el perro este padeciendo de una otitis que sea la que produce ese típico “olor a perro”.
La otitis canina es un padecimiento difícil de tratar ya que en su desarrollo intervienen varios tipos de gérmenes y enfermedades diversas como parásitos, alergias y males endocrinos. Además se deben tomar en cuenta características propias de los hábitos y la conformación de los oídos de la mascota. La realidad es que una otitis es causada por gérmenes y por otras enfermedades o afecciones ‘iniciadoras’ del cuadro las cuales hay que descubrir para que la otitis no vuelva a aparecer. Muchas veces este panorama se complica debido a que las otitis avanzan y se hacen más profundas, pudiendo llegar al oído medio por lo que se hace entonces el tratamiento terapéutico mucho más difícil.
Entre los gérmenes que pueden vivir y desarrollarse en el oído afectado por la otitis, están las levaduras como la Malassezia pachydermatis) y las bacterias como el Staphylococcus sp, el Pseudomonas sp, el Proteus sp y la E. Coli como los más destacados, si bien no es raro que hayan otros.
Cada uno de estos agentes infecciosos debe ser tratado con medicamentos distintos, por lo cual es importante conocer cual o cuales están presentes en el oído de un perro con otitis, ya que en caso contrario, el tratamiento puede resultar inútil.
Con el fin de determinar que agente patógeno está causando la infección, se realizan estudios citológicos y cultivos bacterianos que brindan información necesaria para seleccionar el tratamiento más adecuado, que permita la curación completa de la cistitis.
También se emplea una técnica llamada otoscopia – en la cual el veterinario puede observar el estado interno del oído y en ocasiones del tímpano – y otra llamada rx de cabeza – la cual busca la presencia de una infección en el oído medio u otitis media – las cuales son los medios para realizar una terapia del oído racional que tenga posibilidades curar al perro.
Es importante tener en cuenta que si un perro muestra malestar en el oído, no se debe dejar pasar mucho tiempo, ya que en caso contrario, la otitis se hace cada vez más crónica y el tratamiento se hace cada vez más difícil. Es necesario que recurra con rapidez al veterinario, el cual le podrá indicar los pasos a seguir para tratar de manera exitosa este padecimiento.
Como se trata la otitis en los perros
Siempre se debe tratar la otitis apenas se detecte, ya que si no el problema vuelve a reaparecer una y otra vez. Los tratamientos son largos, normalmente de 21 a 30 días, y pueden ser tópicos mediante gotas en los oídos u orales dependiendo del caso. El veterinario debe limpiar los oídos una o dos veces a la semana con gasas húmedas o con limpiadores de oídos.
De preferencia no se deben emplear los palitos para oídos ya que estos muchas veces solo impiden la salida de las secreciones del oído lo que puede agravar el padecimiento. A veces es necesario anestesiar al perro para hacer limpiezas más complejas ya que si este siente dolor no se dejará tratar y puede incluso morder.
Las otitis crónicas con infecciones purulentas, deben limpiarse correctamente y, además, hay que tratar la causa primaria. Si no responden al tratamiento convencional en ocasiones hay que realizar ciertas intervenciones quirúrgicas como por ejemplo, abrir el conducto vertical o la eliminación de todo el conducto auditivo en los casos más extremos, lo que evidentemente causará la sordera del perro en ese oído.
Con las intervenciones quirúrgicas se busca la mejora de la calidad de vida del perro y en muchas ocasiones se obtiene la curación completa mientras que en otros casos, mejora la ventilación y la limpieza del oído. Las técnicas más agresivas se utilizan en los casos que existen un estrechamiento del canal o incluso una calcificación del mismo.
Los antiinflamatorios orales en la otitis, pueden mejorar y facilitar el tratamiento junto con limpiezas locales.
Si la otitis que es producida por la Pseudomona auroginosa, puede ser muy problemática porque es una bacteria muy resistente que produce otitis muy graves, recurrentes y con muy mal olor. Hay que ser muy agresivos en su tratamiento, muchas veces hay que utilizar antibióticos orales o locales para lograr una pronta recuperación de nuestra mascota.
Otra otitis muy típica en cachorros es la producida por los ácaros del oído (Otodectes cynotis). Se contagia de forma rápida entre perros a través de la cera y de las secreciones del oído. Su tratamiento se realiza con gotas tópicas. Las limpiezas de los oídos preparan el camino y aumentan la eficacia del tratamiento posterior, sea local o sistémico. Además no hay que arrancar los pelos que crecen en el oído porque aun inflama más.
Antes de colocar las gotas óticas de tratamiento, primero se debe limpiar el oído para sacar el exceso de secreciones y después de poner las gotas hay que extender el producto mediante fricciones externas del canal auditivo. Es muy importante poner poca cantidad de producto. No por mucha cantidad mejora la eficacia.