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Gato Burmés – Principales Características

El gato Burmés

Historia del Gato Burmés

El gato Burmés es una raza antigua que se originó en Birmania. Son gatos bastante sociables y muy cariñosos por lo que en ocasiones se les denomina gatos de compañía. Les gusta mucho vivir en compañía ya sea de personas o animales, por lo cual no es buena idea dejarlos solos por demasiado tiempo

Con respecto a su origen hay muchas leyendas que vienen desde el siglo XV las cuales relacionan a esta raza con los gatos que habitaban los monasterios de Birmania, el cual también estaba difundido en Tailandia. Al parecer el primer gato Burmés fue llevado a Estados Unidos por un siquiatra que estuvo en Birmania, el cual empezó a realizar las primeras cruzas para depurar a la especia. Finalmente la raza fue reconocida de forma oficial en los años 50, tanto en Europa como en Estados Unidos.

Apariencia física

El gato Burmés es un animal de tamaño medio, de cuerpo compacto y musculoso que posee una cabeza redondeada de pómulos salientes. Sus ojos están bastante separados y son muy expresivos, además presentan un color dorado en la mayoría de los casos. Por su parte el pelaje es corto y brillante, con una contextura sedosa. El estándar de la raza permite los colores como el azul, el chocolate, el marrón, el rojo, el lila y el crema entre otros.

Temperamento

El gato Burmés es un animal bastante inteligente y curioso con un carácter juguetón que puede resultar encantador. Es sumamente comunicativo si bien no tiende a vocalizar. Como ya se mencionó, disfruta del contacto con los seres humanos y exige que sea acompañado y que jueguen con él y lo mimen constantemente. Es una mascota perfecta para compartir con otros animales y con los niños.

Problemas de salud y esperanza de vida

Por el momento no se han descubierto en el gato Burmés padecimientos característicos, ya que su proceso de selección natural ha producido una raza bastante sana y longeva. Su esperanza de vida es de 12 a 15 años.

Cuidados específicos

Con respecto a sus cuidados, el Burmés no necesita demasiada atención, simplemente hay que cepillarlo de vez en cuando para eliminar el pelo muerto y darle una apariencia más sana al pelaje. Por lo demás, requiere los mismos cuidados normales de otros gatos.

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