Displasia de cadersa canina

¿Qué es la Displasia de cadera?

La displasia de cadera es un padecimiento de los perros que consiste en un desarrollo defectuoso tanto de la cadera como del fémur, siendo una enfermedad degenerativa. Las causas de esta enfermedad pueden ser variadas, por ejemplo la obesidad o ejercicio excesivo durante el crecimiento, sin embargo hay un fuerte factor genético. Las razas de gran tamaño, que pesan más de 25 kilogramos tienen alta predisposición a desarrollar el problema.
Durante los últimos 50 años, este padecimiento ha confundido a los investigadores, los cuales si bien comprenden ciertos aspectos básicos de la enfermedad, aun tienen mucho que aprender acerca de su desarrollo, como ayudar a los perros afectados y cómo prevenir que aparezcan los síntomas. Cuando un can está afectado por displasia de cadera, sus articulaciones se desarrollan de forma anormal. La cabeza del muslo no llega a encajar adecuadamente en la cavidad de la cadera, por lo cual la articulación se deforma, se vuelve inestable y causa dolor, inflamación y debilidad. En ocasiones el problema puede derivar en dolorosas artritis y cojera severa.
El problema es que en muchos casos, el perro no muestra los síntomas típicos de la displasia hasta que el problema está muy avanzado, sin embargo normalmente se observará cojera en las extremidades posteriores, cuya gravedad puede variar desde pequeños trastornos en la marcha del animal hasta cojera grave que dificulta en extremo el movimiento del perro. En algunos perros jóvenes afectados por displasia, se observa que corren de modo similar a los conejos, es decir mediante el avance simultaneo de ambas patas traseras. Además, el perro sentirá dolor cada vez que estire completamente sus articulaciones.
Los perros cuyo comportamiento los hace demasiado activos y que pasan corriendo y saltando excesivamente son candidatos a desarrollar problemas en las articulaciones como la displasia de cadera.

¿Cómo se diagnostica la displasia de cadera?

En muchas ocasiones, los dueños creen que por el hecho de ver que su perro camina mal o cojea, probablemente padece displasia de cadera. Sin embargo, esto no es así. A veces el perro camina mal o cojea sin tener displasia, mientras que otros ejemplares pueden desplazarse sin problemas y padecer una displasia severa. El diagnostico final de la enfermedad se produce por medio de una radiografía de la cadera, a través de la cual se buscan observar síntomas como una cabeza femoral desplazada o una enfermedad degenerativa de gravedad. Además, se evalúan varios aspectos para establecer el tipo de displasia de cadera y la gravedad de la misma.

Tratamientos para la displasia de cadera

Actualmente se pueden dividir los tratamientos de displasia de cadera en dos tipos:
1.- Tratamiento no quirúrgico o conservador
Este tratamiento consiste en seguir un procedimiento no invasivo que involucra los siguientes aspectos:
  •  Se limita la actividad física del animal lo más posible, evitando tanto que suba como que baje escaleras o que salte.
  • Se administran fármacos anti inflamatorios no esteroideos con el fin de controlar las diversas molestias que produce la displasia.
  • Se controla la dieta del animal de acuerdo a recomendaciones del veterinario para evitar el sobrepeso.
  • Se emplean suplementos alimenticios los cuales están destinados a mejorar las condiciones de modo tal que se hagan más resistentes.
2.- Tratamiento quirúrgico
Existen varios tratamientos quirúrgicos y su elección depende de diversos factores.
  • Osteotomía triple de cadera: Esta operación se indica en perros jóvenes que sean menores de 10 meses, que padecen displasia caracterizada por una subluxación incompleta y que aun no presentan signos degenerativos. Es la cirugía de carácter preventivo más común para la displasia de la cadera. El procedimiento en sí, no previene la displasia de cadera propiamente dicha, pero puede evitar la artritis y por lo tanto el dolor. Los candidatos para esta operación deben tener al menos siete meses y dar señales de dislocación parcial de la cadera. El propósito de la operación es colocar el hueso correctamente en su cavidad, para lo cual se corta el hueso en tres lugares y girando la cavidad para que la cabeza del fémur se asiente firmemente dentro de ella.
  • Escisión de la cabeza y cuello femorales: Esta operación es aplicable en perros de todas las edades, en especial aquellos con un peso menor a 20 kilos y que estén afectados por enfermedad articular degenerativa. Se emplea para aliviar el dolor en las articulaciones. Un perro con un peso igual o menor a los 20 kilos podrá recobrar rápidamente su movilidad normal cuando la cadera haya sanado y el tejido cicatrizante se haya formado. Normalmente los perros de mayor tamaño no reaccionan bien a esta cirugía, debido a que el tejido cicatrizante no soporta el peso. Con respecto al periodo de recuperación, generalmente es extenso, pudiendo ser de cuatro a seis meses. A diferencia de otras cirugías, entre mas ejercicio haga el paciente, más rápida es la recuperación. Es recomendable operar ambos lados de la cadera para obligar al perro a usar ambas piernas de forma inmediata. Además, de esta forma no es necesario hospitalizar dos veces al perro, y dos operaciones con todos los gastos que estas conllevan, cargarán más el bolsillo del propietario.
  • Sustitución completa de la cadera: Se emplea en perros con peso superior a 20 Kg, que ya han acabado su crecimiento y padecen un caso grave de displasia. La sustitución completa de la cadera, incluye reemplazo de la cabeza articular con el acero y la cavidad con un plástico de alta densidad. El porcentaje de éxito de esta cirugía es del 95% o mejor.
  • Resección del músculo o tendón pectíneo: Esta operación, cuya eficacia ha sido puesta en duda para resolver la degeneración articular a lo largo de la extremidad, se efectúa para aliviar el dolor cuando se realiza movimiento con la articulación afectada. El procedimiento consiste en el corte de una sección del tendón o músculo. Si bien no se sabe como disminuye el dolor en el perro, parece ser que si funciona en algunos casos. No obstante no sirve para aliviar la artritis degenerativa que se producirá con el tiempo. Una desventaja es que el alivio que proporciona sólo puede ser temporal.

¿Cómo se previene la displasia de cadera?

Ante todo se recomienda evitar que los animales con displasia de cadera se reproduzcan, ya que esta enfermedad tiene un origen congénito y si uno de los padres la padece, muy probablemente sus cachorros también lo harán e incluso puede que la desarrollen con más gravedad. Si se diagnostica la enfermedad a tiempo, se podrá en la medida de lo posible controlar su evolución, ya que se podrá vigilar la actividad que realiza el animal y su dieta, de modo tal que se frene un poco la enfermedad.
Ante todo se debe evitar sobre alimentar al perro, el ejercicio excesivo y suministrar demasiado calcio a los cachorros que pertenecen a las razas que presentan predisposición a desarrollar displasia. Si le quiere brindar un suplemento alimenticio a su perro, consulte antes a su médico veterinario. Una vez que la enfermedad es detectada, los veterinarios recomiendan el empleo de nutrientes medicinales en la dieta del animal debido a que pueden ayudar a reducir la progresión de la enfermedad.

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