Uno de los desordenes nutricionales más comunes en las iguanas es la carencia de de calcio, la cual consiste en una enfermedad producida por la mala absorción de este mineral tan importante. En las iguanas jóvenes, los síntomas más conocidos son la inflamación de las patas trasera y la mandíbula inferior.
En los ejemplares adultos se pueden producir casos de osteodistrofia y osteoporosis.En el caso de la osteoporosis la iguana se verá hinchada y sus huesos tenderán a romperse. En el caso de la osteodistrofia la patas traseras del animal se hincharán.
Por lo tanto, para mejorar el estado del animal se recomienda añadir suplementos de calcio a su dieta que estén combinados con aportes adicionales de fósforo, el cual es un elemento importante para la salud de la iguana. En caso de que el padecimiento persista, lo más recomendable es llevar a su mascota al veterinario.
Otro desajuste nutricional común es la carencia de vitamina B. Cuando esto ocurre tanto las patas traseras como la cola se paralizan. Aunque este componente nutricional puede ser administrado vía oral sin necesidad de asistir al veterinario, la forma más rápida de curar a la iguana es que sea el mismo especialista el que inyecte la cantidad de vitamina necesaria dependiendo del caso.
Una manera en que se puede determinar si una iguana tiene problemas nutricionales es observando sus deposiciones. Cuando hay algún desorden estas se presentan en forma líquida e incluso con sangre. Si el dueño mejora la alimentación e higiene de su mascota, esta sanará. En caso contrario, lo mejor es consultar con un especialista.