Hay que entender que castigar un conejo no tiene sentido ya que no funciona bien, sobre todo en los adolescentes. Por este motivo lo mejor es ponerlo en una situación en que no tenga más opción que hacer lo que queramos, como cavar en una caja con arena en lugar de la alfombra, morder cajas de cartón en lugar de los muebles de la casa, etc. A menudo, el éxito incluye la limitación del espacio físico del conejo.
Es importante que el dueño tenga paciencia, y más bien debe tomarse las cosas con gracia y aprender a apreciar la picardía, inteligencia y complejidad del comportamiento de un conejo. Los animales se parecen más a nosotros de lo que creemos, y así como los humanos pasan por etapas de rebeldía y confusión sobre todo durante la adolescencia, también a un conejo le pasa lo mismo, así que no debe asustarse y estresarse, nada más ármese de paciencia.
