Como cualquier otra mascota los loros pueden sufrir una serie de enfermedades que pueden poner en peligro su salud e incluso su vida. Si queremos evitar que nuestro loro sufra alguna de estas enfermedad es necesario que mantengamos estrictas normas de higiene para con nuestra mascota si queremos que nos acompañe durante muchos años.
En primer lugar, la jaula del ave debe colocarse en un lugar donde no haya corrientes de aire y que esté exento de humedad. Así mismo, la jaula, los comederos, los bebederos y cualquier utensilio que utilice el ave deben ser limpiados regularmente. Por su parte la alimentación del ave debe ser lo más sana y variada posible y debe incluir verduras y frutas y no únicamente pienso.
En caso de que nuestro loro padezca alguno de los siguientes síntomas lo más seguro es que esté sufriendo de algún tipo de enfermedad:
- El loro se mantiene quieto o se mueve muy poco.
- Casi no tiene hambre o por el contrario se alimenta en exceso.
- Bebe una gran cantidad de líquido y siempre está con sed.
- Respira con mucha dificultad y anda con el pico abierto.
- Se mantiene aislado en una esquina de su jaula.
- Deja de moverse y se mantiene acurrucado en un rincón.
- Padece de constantes y fuertes diarreas.
- Se muestra constantemente apático.
- Empieza a perder peso con suma rapidez.
