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Los Loros y los Niños

Los loros y los niños

 

Ante todo, los adultos deben entender que los loros no son mascotas especialmente aptas para los niños de corta edad, ya que pueden tener reacciones impredecibles al igual que los niños, lo cual no es una buena combinación.

 
Primero que todo, hay que explicarle al niño todo lo relativo al loro y como tiene que tratarlo, dándole a entender sobre todo que no se trata de un juguete y no lo debe molestar ya que el ave seguramente reaccionará y lo puede morder con fuerza. Lo más recomendable es que siempre haya un adulto cerca cuando el niño este con el loro para evitar accidentes. El adulto debe ser una especie de mediador para permitir que tanto el niño como el animal tengan un contacto seguro y con poco riesgo.
Los loros suelen ser mascotas de una sola persona, lo que significa como ya se ha explicado que eligen a un miembro de la familia como su favorito. Como eligen a esa persona es un misterio, pero es poco probable que elijan a un niño ya que estos son ruidosos e impredecibles lo cual puede causar que en ocasiones no se muestre muy cariñoso con ellos. En sí esto no tiene que ser un problema grave, si nos dedicamos a acostumbrar al loro a que trate con otras personas para que aprenda al menos a tolerar a los demás, en especial a los niños.
 
Una forma de involucrar a un niño con un loro es ponerlo a cargo de que sea el quien se acuerde de la limpieza del ave y de su jaula así como de darle de comer, sacarlo fuera de la jaula, etc. Así mismo bajo nuestra supervisión, podemos alentar al niño a que juegue con el loro y que le de un premio, que puede consistir en su comida favorita o un juguete de su predilección.

Conforme el menor vaya creciendo y vaya cogiendo más confianza con el loro, podemos darle más responsabilidades como permitirle que se encargue de cambiarle los comederos y bebederos al ave e incluso podemos colocarle el loro encima de su brazo para que se relacione más con él. Todo esto claro debe ser hecho bajo la supervisión de un adulto.


 

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