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Perros Terapéuticos – ¿Como Ayudan a los Enfermos?

Los perros terapéuticos

La terapia media empleando animales como perros fue desarrollada para ayudar a las personas que padecen problemas físicos o mentales, las cuales se pueden beneficiar de la compañía de los animales. Este tipo de terapia supone que el animal, en este caso un perro, puede llegar a brindar algo útil a la persona y que pueda mejorar de forma significativa su calidad de vida.

Los beneficios que obtienen las personas que son tratados con perros terapeutas son muchos, hecho que ha sido comprobado científicamente. Puede afirmarse de forma rotunda que los perros terapeutas son una realidad y proporcionan salud a muchas personas afectadas por diversos padecimientos. Estos animales forman parte de una terapia que ya ha sido estudiada, valorada y probada con resultados comprobados por los investigadores.

Todo aquel que posee un perro, ha notado que se relaja en presencia de su perro o simplemente cuando lo acaricia. Es así como todos los que conviven diariamente con un perro, saben que es un facilitador social que hace más sencillo el entablar comunicación con otros dueños de perros, ya que comparten un interés mutuo. Todo este conjunto de percepciones y sensaciones que tienen los humanos que conviven con perros, son claramente subjetivas, sin embargo tienen una base científica real, ya que miles de personas se benefician de muchas maneras de los perros, sean terapeutas o simples mascotas.

Resulta bastante impresionante ver como un caballo o un perro pueden ayudar a que un niño con problemas motores se recupere en cada sesión, o como un simple baño en una piscina con delfines alegra a un enfermo, o como un perro con su sola presencia, logra que una persona con un padecimiento mental quiera volver a interaccionar con el mundo que lo rodea. Claro está que los perros no son medicinas, pero son un complemento a las terapias médicas y ayudan realmente en el proceso de curación de diversas patologías de una forma sana.

En algunos, países es normal ver a perros o gatos en los centros geriátricos, acompañando a personas de la tercera edad, incluso en los hospitales, se los usa para levantar el ánimo de los pacientes. Muchas empresas están consientes del hecho de que el rendimiento de trabajadores aumenta cuando pueden tener cerca a su mascota. Los estudios muestran que las personas que han padecido algún problema cardiaco grave tienen más posibilidades de recuperación si permanecen acompañados todo el tiempo por un animal de compañía.

El perro no es sólo el mejor amigo del hombre. También puede ser uno de los mejores aliados para su salud, por esto cada vez se utilizan más los perros para terapia así como otros animales como los delfines. No obstante para ser un perro terapeuta, se requiere un proceso de selección y de aprendizaje muy estricto. Los perros para terapia, tras su selección definitiva tendrán un cometido según su perfil y aptitudes.

¿Cómo se seleccionan los perros terapéuticos?

Obviamente, no todos los perros son adecuados para ser empleados como perros de terapia. Primeramente, todos los animales que son considerados candidatos potenciales para realizar esta labor son sometidos a un estricto control veterinario para ver su estado de salud y verificar si padecen alguna enfermedad. También se les realizan pruebas para determinar si tienen problemas de comportamiento, como fobias, agresividad o cualquier otro trastorno que los haga mentalmente inestables. En caso de que el animal padezca algún problema físico o emocional, serán inmediatamente rechazados.
Si el perro demuestra condiciones para convertirse en animal de terapia, se comienza su adiestramiento con diversos juegos, y se le enseña a acompañar, a escuchar, a dar cariño y no pedir nada a cambio a las personas como comida por ejemplo. Desde que inicia su entrenamiento se le educa para que disfrute de la compañía de las personas y a que este pendiente de con quien esté compartiendo. Básicamente se lo va preparando desde el inicio para el trabajo que realizará una vez finalice su intenso adiestramiento.
Dependiendo de su edad, este animal debe ser sometido a una educación específica en la cual aprende a responder a cuatro órdenes básicas, a saber “sentado”, “echado”, “junto” y “quieto”.

¿Cómo deben ser socializados los perros terapeúticos?

Una vez que son seleccionados estos perros, son entregados a una familia, con el fin de que se acostumbren a la vida familiar, y sigan practicando los juegos y las órdenes aprendidas durante el entrenamiento. Claro está, todo el proceso de socialización se lleva a cabo con sumo cuidado, tanto en la selección de la familia a la que será llevado el perro, como en el perro que será entregado. Esto se debe a que es una etapa delicada, y cualquier fallo puede arruinar todo el proceso de selección y entrenamiento del perro de terapia.

Desde un inicio estos perros son integrados en un ambiente familiar en el cual estarán en contacto con niños y personas mayores. Una vez que estén con la familia, debe fomentarse que permanezcan con las personas y otros animales, de tal modo que practiquen los juegos que han aprendido durante su entrenamiento inicial y puedan mejorar su trabajo en grupo y como convivir compartiendo su espacio, como en una comunidad.

Características de los perros para terapia

No obstante la raza, cada perro, al igual que las personas tiene su propia personalidad y temperamento, por lo que se debe tener especial cuidado en seleccionar el ejemplar más adecuado para cada tipo de terapia que se quiera realizar. Una vez seleccionado el perro, se le realiza un examen, a partir del cual se determina su fidelidad, dominancia, dignidad, agudeza de sus sentidos y capacidad de socialización.
Por medio de este proceso, se busca escoger a perros de terapia que cuenten con una buena estructura física, que sean activos y agiles y sobre todo que cuenten con un buen carácter, que sean inteligentes, muy sociables, pacientes y amables, principalmente con las personas con las cuales va a realizar la terapia. Dependiendo de la función que vayan a realizar, se prefieren animales con un tamaño medio, de tal modo que sean más accesibles a las personas que están en una cama, o que deben usar a una silla de ruedas por ejemplo. En resumen, deben ser animales que faciliten la tarea de terapia con perros.

Cuidados que se deben tener con los perros para terapia

Los perros para terapia deben ser cuidados como cualquier otro perro por lo cual tienen que ser vacunados anualmente contra la rabia, como dice la legislación vigente de cada país y también contra parvovirus, moquillo, hepatitis, tos de las perreras, entre otras enfermedades. A los perros para terapia se les debe realizar desparasitaciones periódicamente, y mientras realizan la terapia se les practican desparasitaciones internas y externas al menos una vez al mes. Además, es bañado semanalmente con champú desinfectante especial para perros. También se les realizan periódicamente análisis para verificar si están afectados con padecimientos como la leishmania y la filariosis.
A los perros empleados en terapia se les brinda una alimentación especial, principalmente durante la época que realizan el trabajo de terapia, cuando se les da de comer alimentos extrusionados de alta calidad. Durante los días que están trabajando, antes de efectuar las visitas en las cuales hacen la terapia, se les brinda una dieta limitada en comparación con la nutrición habitual, la cual es complementada una vez que regresan de la terapia. Además, dicha alimentación se refuerza mediante complementos nutricionales. Como cualquier otro perro, los animales de terapia deben permanecer siempre bien cuidados y con acceso constante a agua fresca y limpia. Los encargados de estos perros deben asegurarse que cuenten con el mejor control veterinario y que nunca sean sometidos a ningún tipo de daño por personas o situaciones que los pueda convertir en animales inestables para la realización de esta tarea.
Hay que mencionar que mientras realizan su labor, los perros de terapia son constantemente evaluados para determinar si siguen siendo aptos para esta labor.

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