A pesar de todos los avances tecnológicos y científicos, como los GPS, las imágenes por satélite, los robots y otras herramientas de alta tecnología, los perros de búsqueda y rescate siguen siendo una de las mejores herramientas de los equipos dedicados al rescate de personas.
Cuando una persona perdida, o la víctima de un desastre se encuentra en una situación que le puede costar la vida, y espera de impotentemente que alguien le brinde ayuda, los perros de búsqueda y rescate se la pasan jugando, aunque esto parezca raro. Estos animales que están obsesionados con el juego, viven para obtener el premio que les llega cuando encuentran a la persona que estaba perdida. La motivación de estos animales no es salvar la vida de la persona que está buscando, ellos no están conscientes de ello, simplemente en sus mentes constituye un juego el cual siempre les encanta jugar.
Gracias a esta obsesión con el juego, un sentido del oído y el olfato muy desarrollados, un entrenamiento muy estricto y la guía de una persona experimentada, los perros de búsqueda y rescate ayudan a salvar la vida de cientos de personas todos los años.
Sin embargo para estos perros no todo es jugar y recibir su recompensa. Aunque estos especialistas caninos son entrenados con juegos y recompensas, su trabajo puede llegar en ocasiones a ser tan duro que muchas veces deben ser retirados antes de tiempo por el enorme desgaste físico y los daños ocasionados durante esta tarea ya que deben trabajar en las peores condiciones posibles.
Cuando ocurren situaciones trágicas como la del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, en terremotos, inundaciones, tornados y otros desastres naturales, tanto los perros como sus guías llegan a sufrir problemas emocionales por la imposibilidad de encontrar gente con vida. Después de ver únicamente muerte y destrucción, a los perros no solamente les falta la recompensa por encontrar personas, sino que sienten el dolor, la frustración y la tristeza de sus guías y de los demás miembros del equipo de rescate.
Para otros perros, sin embargo, el éxito no consiste en encontrar gente viva, sino más bien a los que han fallecido. Estos son los denominados perros de cadáveres, que están entrenados para localizar restos humanos. Si bien estos canes no están entrenados para localizar gente con vida, su labor es importante ya que ayuda a dar un entierro digno a las víctimas de accidentes y desastres, además en algunos casos permiten resolver crímenes lo que los hace perros de trabajo sumamente útiles.
Características de los buenos perros de búsqueda y rescate
A pesar de que diversas razas de perros pueden ser empleadas en labores de búsqueda y rescate, no cualquier perro puede ser empleado para este fin. Ante todo, el perro debe tener muy desarrollados los sentidos del olfato y del oído, si bien, para que pueda llegar a ser un buen rescatista tiene que cumplir con varios requisitos adicionales.
Primeramente, el perro de búsqueda y rescate tiene que ser un animal lo bastante ágil, decidido y resistente como para soportar las dificultades de los exigentes trabajos que realiza. Por esto, razas pequeñas y poco resistentes como pequineses, malteses, chihuahuas y otros perros pequeños no suelen ser empleados en estas labores, ya que generalmente se prefieren las razas más grandes y resistentes.
Por otro lado, los perros no deben ser demasiado grandes como para que su tamaño dificulte aún más las tareas de rescate. Por ejemplo, un perro muy grande puede representar una dificultad importante cuando es necesario hacerlo descender en rapel o cuando hay que transportarlo por medio de helicópteros y botes pequeños.
Por tal motivo, no suelen usarse razas gigantes como el San Bernardo, el gran danés o el gran pirineo por ejemplo. No obstante, la excepción a esta regla se da cuando se necesita que los perros tengan mucha fuerza tanto para sujetar como para arrastrar a las personas, como ocurre con algunos perros que realizan labores de salvavidas. En esos casos, se emplean razas grandes como el gran terranova, el cual tiene la suficiente fuerza como para nadar mientras un humano se sujeta a su arnés.
Los perros empleados en labores de búsqueda y rescate también deben ser animales extremadamente motivados y capaces de realizar búsquedas prolongadas aún en las condiciones más adversas. Por este motivo se prefieren aquellos perros que tienen un instinto de presa sumamente desarrollado, los cuales se obsesionan con encontrar a la víctima para que así su guía le brinde su recompensa.
Por último, hay que destacar que todo perro de búsqueda y rescate tiene que ser un animal perfectamente socializado con las personas y con otros animales. Además tendrá que estar acostumbrado a situaciones estresantes, como la presencia de mucha gente alrededor, explosiones, gritos, gente histérica, etc. Por esto no se emplean perros poco sociables y que son muy agresivos.
En conclusión, cualquier perro puede trabajar exitosamente en labores de búsqueda y rescate siempre que cumpla con los requisitos anteriores y haya recibido un adiestramiento con el más alto nivel posible.
Especialidades en las que se dividen los perros de búsqueda y rescate
Actualmente, los perros empleados en labores de búsqueda y rescate se clasifican en diferentes grupos de acuerdo a las tareas en las que son especialistas. Sin embargo los dos grupos principales corresponden a los perros de rastreo y los perros de venteo.
Como su nombre lo indica, los perros de rastreo se dedican a seguir el rastro de una persona desde un punto A hacia un punto B. Para encontrar a la persona perdida, estos perros necesitan un punto de partida y alguna prenda de ropa sin contaminar que fue usada por la persona que debe localizar. Estos perros se emplean para localizar personas perdidas y también para encontrar personas que huyen de la justicia, si bien en este último caso suelen ser perros policía y no perros de equipos de búsqueda y rescate.
Por su parte los perros de venteo son los que buscan el olor humano que se encuentra en el aire, sin seguir a una persona en particular. Estos perros son especialistas en encontrar personas enterradas por derrumbes, personas enterradas por avalanchas, cadáveres de personas ahogadas, evidencias humanas en escenas de crímenes, etc.
