Sarna canina

La Sarna

La sarna sarcóptica canina se define como una enfermedad cutánea muy contagiosa y que además de causar mucha comezón al perro, le puede traer otras complicaciones. No es una afección estacional, aunque tiende a aparecer más en invierno y tiende a afectar principalmente a los perros. El parasito que la produce es un acaro conocido como Sarcoptes scabiei.
El acaro se dedica a excavar la piel del perro, produciendo galerías y depositando sus huevos, lo cual le produce una intensa comezón al animal, al irse profundizando la penetración. De estos huevos nacen larvas que se convierten en ninfas y posteriormente en adultos, los cuales se reproducen nuevamente sobre la piel, y ocasionan que el contagio se extienda por más áreas de la piel del perro. Además de esto, la hembra del acaro se alimenta de la sangre del perro y su saliva puede producir una alergia muy similar a la que produce la saliva de la pulga, lo cual solo contribuye a aumentar la picazón.

¿Qué perros se ven más afectados por la sarna?

La sarna puede afectar a perros de todas las edades y razas los cuales se contagian al entrar en contacto con otros perros infectados por el acaro como por ejemplo los perros callejeros. También pueden adquirir el acaro cuando visitan lugares a donde normalmente asisten gran cantidad de canes como los consultorios veterinarios poco aseados, peluquerías de perros, refugios de animales y casas de habitación con perros afectados y en las cuales no se siguen normas de higiene para evitar que el animal enfermo contagie a otros.
Hay que recalcar que el síntoma más importante de la sarna sarcóptica canina es la comezón intensa que no responde a los corticoides, de hecho es la única afección con la cual el perro se rasca delante del veterinario, durante la consulta, por lo cual se hace evidente para este el padecimiento que afecta al animal.

Síntomas clínicos de la sarna canina

Una forma de identificar la sarna canina es si se observa alopecia (perdida de pelo) e inflamación en el borde de orejas, codos, tarsos, abdomen ventral y tórax ventral, las cuales rápidamente se cubren de una especie de costra. En caso de que la sarna se vuelva crónica, puede haber pérdida de pelo alrededor de los ojos, en el área abdominal del tronco y en general en todo el cuerpo del animal. Hay que recordar que otros perros y personas que convivan junto al animal afectado suelen manifestar síntomas por lo cual es sumamente importante que apenas se detecten síntomas de sarna en su perro lo sometan a tratamiento y se tomen extremas medidas de higiene mientras tanto.

Como tratar la sarna canina

Una vez que se le diagnostique la sarna, se debe bañar dos veces a la semana al perro enfermo con un buen champú antiséptico que contenga peróxido de benzoilo además de fumigar los ácaros del ambiente ya que en condiciones favorables pueden vivir hasta tres semanas fuera del perro. Además, en caso de que haya otras mascotas en la casa, deben ser tratados como medida preventiva ya que si han estado en contacto con el perro enfermo probablemente estarán contagiados.
El tratamiento del paciente en sí, consiste tal como se mencionó anteriormente primero en baños regulares seguidos de aplicación semanal de Ivermectina al 1% (1 centímetro cúbico vía subcutánea) con la excepción de los perros de raza collie y el pastor de Schetland, además de sus cruzamientos. También se puede emplear Milbemicina Oxima vía oral, o bien realizar baños semanales clásicos con compuestos organofosforados y piretroides, aunque la tendencia durante los últimos años es usar derivados imidazólicos tales como la Ivermectina, la Doramectina y la Selamectina. Puede ser necesaria la adición de antibióticos en caso de que el contagio sea muy profundo. No se recomienda emplear los glucocorticoides y antihistamínicos, los que se emplean para tratar las reacciones alérgicas al ácaro, ya que son de poca efectividad.

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