Historia del Gato Persa
Este gato se originó en la antigua Persia, lo que es hoy en día Irán. Al parecer arribó a Inglaterra en 1800 proveniente de Turquía y de Persia, momento en el que hizo su entrada en el mundo occidental donde se ha convertido en una de las razas más famosas.
Apariencia física
El gato Persa se reconoce fácilmente por su pelaje largo y su cara aplanada. En general es un gato de tamaño medio, con una cabeza y orejas de forma redondeada y una nariz corta y amplia. Por su parte los ojos son redondeados y de coloración clara.
El pelaje del Persa es largo, sedoso y bastante denso, de hecho es una de las características que facilitan su reconocimiento. Viene en una gran variedad de colores como el blanco, humo, negro, bicolores, etc.
Temperamento
En general, el gato Persa es poseedor de un carácter muy tranquilo y sociable, lo que hace que sea fácil de convivir con él. Puede llegar a aceptar fácilmente a otros compañeros de su misma especie. Muchos dicen que el gato Persa es el tigre del sofá ya que lo mas disfrutan es dormir y descansar. No es en realidad un animal muy activo, por lo cual no será propenso a escaparse de la casa.
Problemas de Salud y esperanza de vida
Debido al acortamiento de la cara que los caracteriza, los gatos persas pueden sufrir alteraciones a nivel oftalmológico, fácil y mandibular. En algunos casos también padecen de cataratas y de Síndrome de Chediak-Higashi, el cual consiste básicamente en una inmunodeficiencia de origen genético asociada al color azul ahumado. La esperanza de vida del gato persa es de 10 a 15 años.
Cuidados específicos
Debido a su largo pelaje, el Persa demanda un cuidado riguroso y constante de este. Al igual que con los demás gatos de pelo largo, hay que asear constantemente su pelaje para mantenerlo sano y con buena apariencia. Para esto se requiere un cepillado diario que debe ser constante. Si se descuida este importante aspecto, el animal puede sufrir problemas de higiene y salud.
