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Origen del Gato

Origen del gato
El gato apareció en el planeta antes que muchos de los animales que llegaron a ser domesticados por el ser humano, sin embargo por su naturaleza más salvaje fue uno de los últimos que logró ser domado.
Hasta el momento no se conoce realmente como se llevó a cabo ese proceso de domesticación, por lo cual hay todo tipo de leyendas que han tratado de explicar su origen. A este misterio se une un aura especial que siempre ha rodeado a este animal, lo que lo diferencia de otros animales domésticos.
Científicamente hablando, todos los mamíferos carnívoros actuales descienden de un grupo común muy antiguo denominado miacidos, el cual se originó durante la época del Eoceno, hace unos 60 millones de años. Estos animales contaban con un cerebro más poderoso que el de sus ancestros, además contaban con otras características que los hacían más adecuados para la cacería, lo que les permitió sobrevivir y diversificarse.
A partir de estos animales, empezó la evolución hace unos 12 millones de años de los felinos propiamente dichos. Durante el transcurso de los milenios, algunas especies de felinos se extinguieron, como los famosos leones de las cavernas o los tigres dientes de sable. Al parecer, los tres géneros actuales de felinos Acinonys (guepardos), Panthera (grandes felinos) y Felis (gatos menores) se originaron hace 3 millones de años. Entre estos tres grupos se agrupan todos los felinos actuales, incluidos los gatos domésticos.
Desde el punto de vista histórico, los primeros registros parecen indicar que el gato surgió en el antiguo Egipto hace unos 3000 años antes de Cristo. Los egipcios sintieron una gran devoción hacia la figura de este animal, en parte debido al útil servicio que le hacia a la sociedad, protegiendo las cosechas y los graneros de los roedores. Rápidamente el gato paso de ser visto como un animal útil a ser tratado como un ser divino el cual era protegido por duras leyes, a tal punto, que cualquier persona que matara un gato era condenado a muerte sin excepción, aunque hubiera cometido el acto sin ninguna intención.
A los gatos en Egipto se les dedicaban grandes fiestas y gozaban de grandes privilegios. Si un gato moría, la familia que lo cuidaba se rapaba las cejas en señal de luto, ya que significaba una gran perdida. Hubo gatos que incluso fueron momificados.
Sin embargo, los gatos domésticos también han tenido sus épocas malas. La Edad Media se caracterizó por ser una época de ignorancia, superstición y fanatismo religioso. Los gatos, sobre todo si eran de color negro, eran vistos como animales malignos con poderes sobrenaturales, por lo cual miles fueron quemados en las hogueras junto a personas acusadas de herejía y brujería.
De hecho, la simple posesión de un gato era motivo suficiente para acusar a una persona de hechicería. Por eso, la población de gatos fue bastante disminuida lo que provocó a su vez un incremento en el número de roedores, lo que ocasionó una de las peores catástrofes del mundo, la plaga de la peste negra que acabo con casi la mitad de la población de Europa. Esta enfermedad la transmiten las pulgas de las ratas que transfieren la bacteria al hombre cuando lo pican. Por eso al no haber gatos que cazaran a las ratas, estas se difundieron por las ciudades, las cuales hay que recordar, no tenían ni de cerca las condiciones higiénicas de hoy en día.
No obstante, los malos tiempos para los gatos no podían durar para siempre, y con el avance de la civilización, finalmente estos volvieron a recuperar su estatus de animal domestico tranquilo y afable. El gato se volvió un ejemplo para las personas ya que es un animal sumamente limpio con un aseo casi impecable, mas si esta educado.
Hoy en día, el gato se ha consolidado como un compañero leal, cariñoso y tierno para muchas personas, para las cuales constituye más que una mascota, un amigo.

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