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Los Perros Lazarillos – Características de los perros guía

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El perro lazarillo
La más alabada y celebrada de las especialidades del adiestramiento canino y una de las mayores muestras de los beneficios de la cooperación entre el hombre y el can es la del perro lazarillo para personas con discapacidad como los ciegos por ejemplo.
El perro lazarillo es un perro de trabajo que requiere una estricta selección y al menos 300 horas de adiestramiento especializado. Dependiendo de la escuela en la que son entrenados estos perros, la cantidad tareas que pueden realizar es variable, sin embargo hay algunas que son básicas, como por ejemplo evitar obstáculos, localizar las puertas y guiar a la persona hacia los asientos libres entre otras. Para muchas personas con discapacidad estos animales se convierten en parte fundamental de sus vidas, mucho más que en un simple compañero.
Sin embargo, las habilidades de un perro lazarillo no se limitan únicamente a lo aprendido en la escuela de adiestramiento, ya que su vida al lado de su dueño durante las 24 horas del día, constituye en sí una constante escuela de adiestramiento, lo cual hace que cada perro guía en particular, conozca un repertorio distinto de cosas que se adaptan a las necesidades de su amo. Esto, lógicamente se debe en parte, a la rutina propia de cada dueño, en parte a las deducciones propias del perro y también por el trabajo que el propio invidente hace con él perro durante toda su relación de cooperación mutua.
Debido al entrenamiento especializado que requiere, un perro lazarillo tiene un costo aproximado de unos 10.000 dólares, por lo cual el otorgamiento de estos perros a los discapacitados es por lo general y de acuerdo a cada país, subsidiado por fundaciones o por el estado. En la mayoría de las escuelas de adiestramiento de perros lazarillos para invidentes, se emplean las llamadas familias de ayuda, las cuales se encargan de criar, bajo supervisión de los entrenadores, a los cachorros hasta la edad cuando se inician en el programa de entrenamiento.
En general, las escuelas de adiestramiento cuentan con cabañas propias y con reproductores escrupulosamente seleccionados para esta delicada especialidad. Cuando los cachorros cuentan con 49 días de edad, los expertos realizan una primera selección mediante diversos exámenes y los cachorros que no obtengan el puntaje requerido son vendidos como perros mascotas normales. Algunas escuelas de entrenamiento realizan otros exámenes eliminatorios hasta que los cachorros llegan a tener unos tres meses de edad.
Una vez que el cachorro es aprobado, es entregado a la familia de ayuda, la cual para ese tiempo ha devuelto a la escuela, el cachorro ya crecido de la entrega anterior. Una vez que está instalado en su nuevo hogar, se inicia la educación básica del cachorro bajo la supervisión de los adiestradores. Tiempo después se comienza con el adiestramiento inicial, el cual no incluye aún los ejercicios para convertir al cachorro en perro guía. Es por esto que no es cualquier familia la que es seleccionada para criar a este tipo de perros, debe ser una que siga las instrucciones de los expertos al pie de la letra.
Durante su tiempo de estancia con la familia de ayuda, el cachorro es sometido a más estudios de comportamiento y capacidad, de hecho un alto porcentaje es reprobado en esta fase. En estos casos, la familia de ayuda tiene la opción de conservar de forma definitiva al perro, mientras que otra opción es la de reemplazar el cachorro por uno nuevo y vender como mascota al que fue rechazado.
Cuando el perro tiene una edad de ocho meses (eso varia con la escuela), el cachorro se instala definitivamente en la escuela de adiestramiento e inicia la etapa más difícil de su entrenamiento. Es en ese momento que comienza un duro trabajo de alrededor de
300 horas durante el cual muchos ejemplares también son rechazados.
Desde hace algunos años se desarrollaron especialidades en las que se pueden incluir a estos perros rechazados que, luego de muchas horas de trabajo, demuestran que no alcanzarán los objetivos de un lazarillo pero que sin embargo pueden ser de mucha ayuda para otras actividades. Entre estas especialidades están los perros de ayuda para personas con problemas de audición y para personas con discapacidad motriz.
Por su parte, el adiestrador de perros guías es un profesional de mucha experiencia y en algunos países muy bien pagado. Normalmente trabaja buena parte del tiempo con los ojos vendados ya que en muchas ocasiones es la única forma de captar cual es el rendimiento del perro y de evitar dar señales involuntarias al mismo. Es la manera que tiene además de evaluar el comportamiento del animal ante una persona no vidente.
El trabajo de entrenamiento inicialmente se realiza en una pista provista de todos los elementos necesarios como simuladores de obstáculos de altura, obstáculo a nivel del suelo, obstáculos laterales, escaleras, etc.
En este caso se trata de que el perro aprenda no solo a evitar el obstáculo, debe evitarlo él y hacer que lo evite el invidente. Por ejemplo, si esquiva un poste debe asegurarse de dejar espacio para el humano. También debe estar preparado para juzgar obstáculos por donde él pasaría, pero por donde no pasa una persona, por ejemplo la elevación a la que se encuentra la rama de un árbol que tiene 1,80 metros de altura, en ese caso el perro determinaría que pasa tanto él como la persona a la que guía.
Cuando se presenta un obstáculo de tipo desnivel, debe dar aviso girándose levemente sobre las piernas del no vidente, y este giro sería mayor, cuanto mayor sea el desnivel, todo esto se transmite a través del arnés con que trabaja un lazarillo. Este arnés es una fuente de información importantísima para la persona, ya que por estar conectado con los laterales del perro hace llegar a la mano cualquier movimiento de éste, lo que acelera el desplazamiento de ambos.
Tal como se mencionó anteriormente, los perros que deben descartarse como lazarillos cuando ya se ha invertido mucho en ellos, pueden tener aptitudes para especialidades de menor exigencia. Estos son los perros de ayuda para personas con discapacidad motriz y personas con problemas auditivos. También en ese orden se encuentra la el nivel de exigencia y complejidad del entrenamiento que requiere el animal.
Los perros que ayudan a las personas con discapacidad motriz realizan tareas tales como acarrear diversos objetos, alcanzárselos a la persona con discapacidad y tirar para ayudar en el transporte de la silla de ruedas. La persona con discapacidad se aferra con una mano al arnés e indica al perro que tire, además se incluyen órdenes como de ir hacia la izquierda, a la derecha y detenerse. La segunda de las especialidades incluye ejercicios más simples como reconocer y diferenciar el sonido del teléfono, el timbre de la puerta, el sonido de una alarma y otros.
Los perros empleados para ambas especialidades cumplen fundamentalmente la función de perros de compañía, sin embargo, son muchos los casos en que han salvado la vida de su dueño en medio de accidentes graves tales como incendios, escapes de gas, temblores, etc.

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